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Recomendamos: Trilogía de Nueva York (1988)




Hoy os queremos recomendar una de las mejores comedias norteamericanas del siglo XX, "Torch Song Trilogy" (Trilogía de Nueva York, 1988), dirigida por Paul Bogart y protagonizada por el afamado actor y dramaturgo Harvey Fierstein, que también firma el guión (basado en su propia obra teatral). Trilogía de Nueva York sigue las aventuras y desventuras románticas de Arnold, un Drag Queen profesional que busca desesperadamente el amor correspondido. Es homosexual, tiene casi 40 años, es feo y trabaja vestido de mujer: la probabilidad de hallar el amor verdadero y ser aceptado por la sociedad es muy escasa. La repentina entrada de dos hombres en su vida y la llegada de su conservadora madre (Anne Bancroft), que viene dispuesta a pelear, pondrán patas arriba su mundo y le darán, quizá, su merecida oportunidad de amar y ser comprendido. 

No estamos ante una comedia desenfrenada ni un drama corrosivo: Trilogía de Nueva York es una deliciosa mezcla de ambas cosas. Es divertida, y mucho, porque la seriedad extrema de Arnold y su histérica tendencia al drama chocan irremediablemente contra el mundo y las personas que le rodean. Arnold es un ser que no encaja, que no ha encajado jamás ni siquiera en el ámbito gay. Es un paria, un desechado de la sociedad, y el guionista (en un alarde sublime de inteligencia), decide mostrarlo desde la comedia y no desde el drama autocompasivo, dejando así en ridículo los prejuicios de los demás y los tópicos de las relaciones sociales. ¿Y por qué? Porque en los 5 primeros minutos de metraje Arnold ya se ha ganado nuestro corazón, con su tierna (y desagradable) voz rocosa, su mirada limpia y sincera, y su titánico deseo por ser feliz. Sus anhelos son los nuestros, y su torpeza también. 


Es una lástima que no podamos comentaros todos los maravillosos (e inesperados) giros de guión que hacen que Trilogía de Nueva York tenga una narración tan fascinante y, a su vez, de aspecto tan sencillo que ni te das cuenta. Lo que sí os podemos decir, es que estéis preparados para la segunda mitad de la película, porque en ella tendrá lugar el duelo verbal de amor y dolor madre/hijo más apasionante, cruel y divertido que hayáis visto jamás. En él, podréis gozar del talento de una de las actrices más potentes que ha dado el siglo XX y de un guionista que ha sido capaz de resumir, en 109 minutos, la vida de millones de personas con mucha sencillez, inteligencia y una ternura descomunal. 

Alan: 
Tengo 21 años, mucho éxito, y aún, cuando conozco a un tío, me echa un vistazo y sólo quiere sexo. 

Arnold: 
Yo cuando conozco a un tío, me echa un vistazo y lo único que quiere es conversación

Alan: 
No todos los tíos... 

Ese dulce niño de 5 años de la primera secuencia, que es descubierto por su madre vistiéndose y maquillándose de mujer, y que luego se transformará en otro dulce niño de 40 años, puede que te acompañe el resto de tu vida.

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