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Recomendamos: El Apartamento (1960)

Es en la filmografía de Billy Wilder donde encontramos algunas de la mejores comedias de la historia del cine, y su mejor carta de presentación es, sin duda, El Apartamento (The Apartment, 1960), donde el director y guionista sintetiza sus virtudes y nos regala un guion redondo, un perfecto juego de contrarios y unos personajes solitarios y tiernos perdidos en una ciudad deshumanizadamente gris. La trama gira en torno a Baxter (Jack Lemmon), un oficinista solterón que presta su apartamento a sus superiores como picadero secreto, con la esperanza de que eso le ayude a ascender. Pero todo cambia cuando se enamora de una ascensorista (Shirley McLaine), chica solitaria y melancólica que resulta ser la amante de uno de sus jefes.

Un baile romántico, urbano y melancólico donde ternura, mordacidad, ironía y sarcasmo van entrando y saliendo a escena con una cohesión envidiable. Y es que estamos ante la cima de este género, una meta que nadie ha podido superar: cada escena sorprende, conmueve y duele (el intento de suicidio que nos espera a medio metraje ofrece un naturalismo y una crudeza pocas veces alcanzado en el viejo Hollywood). Jack Lemmon escurriendo pasta con una raqueta, Shirley MacLaine perdida en ese ascensor (su celda particular, tan deprimente como su vida), la fiesta de navidad en la oficina, el original prólogo en primera persona y ese final ¿feliz? son sólo algunas de las gloriosas cartas que el demiurgo de este microcosmos juega de una manera brillante.



Hablar de The Apartment resulta complicado. Es una obra que todo el mundo reconoce como maestra, y lo es. Asistir a la manifestación de sus diálogos es algo obligado para todo aquel que alguna vez dijo “a mí me gusta el cine”.

No es sólo la mejor película de este director, ni una de las más hilarantes, corrosivas y dulcemente agrias películas que pueda recordar: The Apartment es el mejor lugar donde quedarse a vivir.


por Aleix Castany Jaén


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