En los años 70 y 80, un sin fín de compositores dieron el salto a la música electrónica o sintetizada para musicalizar películas (en la mayoría de ocasiones gratuitamente y sin sentido estético). Sin embargo, Vangelis lo hizo con maestría y virtuosismo, siendo Blade Runner su trabajo más exquisito. El uso de sonidos e instrumentos sintetizados se complementa con una base cargada de emotividad y un aplastante sentimiento de tristeza. Y es que el cosmos de Blade Runner es oscuro y deprimente; un mundo deshumanizado y dominado por la tecnología que penetra en nuestra mentre a través de la partitura de Vangelis y sus sonidos futuristas creados con meticulosidad. Aunque también hay momentos de delicioso intimismo (ese blues digital que tantas noches de melancolía urbana ha acompañado a mucha gente). Con Blade Runner, Vangelis nos permitió saber “a qué suena el futuro”. Parece una tontería, pero meterse de esta forma en el imaginario colectivo no es moco de pavo. |
John Williams compuso, quizá sin pretenderlo, la que a día de hoy sigue siendo la banda sonora más famosa (y rentable) de toda la historia. Sería imposible concebir esta fantástica epopeya espacial sin la música sinfónica y grandilocuente (en el buen sentido) de John Williams, que ha marcado para siempre los oídos de varias generaciones. Imposible imaginar a Darth Vader sin su marcha imperial, ni los combates espaciales sin la fanfarría de Star Wars. Una banda sonora de cuento grandioso para un cuento grandioso. |
Muchos defienden la teoría (nada descabellada) de que el cine de Hitchcock no sería mucho sin las bandas sonoras de Herrmann. Sin entrar en polémica ninguna, sí podemos afirmar que sería imposible desilgarlas. Vértigo es la madurez narrativa y estética de un director y de un compositor, que aquí alcanzaron su máxima complicidad creativa. Muy éxotica para su época, la música de Herrmann viaja por el tiempo y por el misterio como pocas lo han logrado antes y después, dotando a la película de un suspense y tensión descomunales. Una extraña e insólita delicia clásica. |
¿Recuerdas tu infancia? ¿Tu primer amor? Si pudiéramos transformar la nostalgia y la melancolía en sonido, saldría sin lugar a dudas el score de Érase una vez en América. Ennio Morricone, una vez más, consigue emocionar nuestro consciente y subconsciente con una sucesión de hermosa melodías que apelan a esa nostalgia que todos guardamos en nuestro interior. No estamos ante una mera epopeya gánster; nos encontramos frente a un bello y triste cuento sobre la amistad y la lealtad que nos conmueve a través de una música igual de triste y bella. Es imposible recomendar un track del CD, todos son preciosos. |
A pesar de que Gladiator sea el trabajo más célebre y querido de Zimmer, La delgada línea rojas es, en nuestra opinión, muy superior en todos los sentidos. Con ella (mucho más sutil y refinada), el compositor alemán nos ofrece una belleza sonora que embriaga nuestros oídos al mismo tiempo que las imágenes de la película lo hacen con nuestros ojos. Todo ese sin sentido de la humanidad aniquilida por la guerra y toda esa naturaleza verde que la sufre y la observa desconcertada lo percibimos también en la banda sonora, a veces relajada y paradisíaca, a veces descarnada y cruel. La obra de arte de Terrence Malick es bella y dolida. Su banda sonora, también. |
Muy buenas Miguel, lo que pasa que el top diez a mi se me queda corto y hay grandes bandas sonoras de mi vida que se quedan fuera, pero muy bien.
ResponderEliminarTxema (el primísimo)
Un top 10 siempre duele, incluso al mismo sujeto que lo determina. La idea también es presentar títulos quizá más desconocidos. Viva la variedad!
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